lunes, 18 de mayo de 2009

Mi gato Serafín

Serafín

Su nombre se debe a una coplilla que cantaba de pequeña:

Una vez tuve yo un gato
blanco rubio muy monin,
con un rabito muy gordo
que se llamaba Serafín...

¿Por qué os reis?, ¿que mi gatito no se puede

llamar asi?

El nombre era bonito
y estaba puesto por mi,
cada vez que se dormia
enroscado en su sillón,
al mirarlo desde lejos
parecia un almoadon.

Cierto dia llego a casa
una amiga de mama,
tan cortisima de vista
que no miraba ni allá.

Era gorda GORDA
tan gorda como un balón,
si cada dedo ¡Dios mio!
parecia un salchichón.

Entró la vieja a la sala
con las lentes sin poner,
y en el sillon de mi gato
alli se dejo caer.

Cada vez que yo recuerdo
me dan ganas de llorar,
me lo hizo una torrilla
por delante y por detras.

¡Que lastima de mi gato!
quién me lo iba a decir,
maldita sea la vieja!
Pobrecito serafin!!

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