jueves, 5 de julio de 2012

NOVENA A LAS ALMAS DEL PURGATORIO


Oración preparatoria:
Oh Dios eterno, acepta esta novena que hago a favor de las almas del purgatorio. Sea de alivio para ellas y de mérito para mí. Amén.

Día 1. Existe el Purgatorio,
Es un dogma de fe católica. Nuestra misma razón nos dice que ha de haber un lugar de expiación, porque muchos salen de este mundo, y ni merecen el Cielo y ni merecen el Infierno.
Reza 5 Avemarías con las siguientes deprecaciones:

1)
Oh María, Reina del Purgatorio, os ruego por aquellas almas por las cuales tengo o pueda tener alguna obligación, sea de caridad o de justicia. Avemaría. Réquiem aeternam dona eis Domine, et lux perpetua luceat eis.

2)
Oh María, Reina del Purgatorio, os ruego por las almas más abandonadas y olvidadas por las cuales nadie ruega. Vos oh Madre, que os acordáis de ellas, aplicadles los méritos de la pasión de Jesús, vuestros méritos y los de todos los Santos, y encontraran saludable refrigerio. Avemaría. Réquiem aeternam dona eis Domine, et lux perpetua luceat eis.

3)
Oh María, Reina del Purgatorio, os ruego por aquellas almas que han de salir más pronto de aquel lugar de penas, para que cuanto antes vayan a cantar en vuestra compañía las eternas misericordias del Señor. Avemaría. Réquiem aeternam dona eis Domine, et lux perpetua luceat eis.

4)
Oh María, Reina del Purgatorio, os ruego de una manera especial por aquellas almas que han de estar más tiempo  padeciendo y satisfaciendo a la divina justicia. Tened compasión de ellas, ya que no pueden merecer sino sólo padecer, abreviad sus penas y derramad sobre las mismas el bálsamo de vuestro consuelo.  Avemaría. Réquiem aeternam dona eis Domine, et lux perpetua luceat eis.

5)
Oh María, Reina del Purgatorio, os ruego de un modo especial por aquellas almas que más padecen. Es verdad que todas sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no podemos imaginarlas siquiera. Interceded por ellas, y Dios escuchará nuestras plegarias.  Avemaría. Réquiem aeternam dona eis Domine, et lux perpetua luceat eis.

Oración final:
Os rogamos, Señor, por lo fieles difuntos, y suplicamos les deis el lugar de descanso eterno, donde canten por siempre vuestras alabanzas. Amén


Día 2. Grandes son los tormentos, que padecen las almas del purgatorio, pero el mayor de ellos es el estar privadas de la vista de Dios. Sólo en la otra vida sabremos la terribilidad de este tormento.

Día 3. Las almas del Purgatorio ven que podrían haberse salvado fácilmente de aquellas penas. Ahora conocen lo que vale la oración, las mortificaciones, las indulgencias. Aprovechemos de ellas mientras vivimos.

Día 4. ¿Cuánto tiempo durarán las penas del Purgatorio? Ni nosotros lo sabemos ni lo saben las mismas almas allí detenidas. Allí no cuenta el tiempo como en este mundo. Estamos alerta antes de morir.

Día 5. ¿Quiénes están en el Purgatorio? Quizás nuestros parientes y amigos. Podemos ahora aliviarlos, y ¿no lo haremos? ¡Cuántos apenas se acuerdan de rezar por ellos, ni de aplicarles alguna misa. ¡Qué poco amor!

Día 6. Tú que esto lees quizás también irás al Purgatorio. Si no te acuerdas de aquellas almas Dios hará que los demás no se acuerden de ti. ¿Qué piensas hacer?

Día 7. Las almas del Purgatorio tienen derecho de justicia, de piedad o de caridad, a que la encomendemos a Dios. ¡Ay de nosotros si nos hacemos sordos a sus reclamaciones! Quizás algunas padecen por nuestra culpa.

Día 8. Las almas del Purgatorio son santas. Y no pueden pecar. Tampoco pueden merecer con sus oraciones. Sólo pueden padecer hasta que hayan cumplido el tiempo en que hayan satisfecho plenamente por sus culpas.

Día 9. Las almas del Purgatorio son agradecidas. A los que por ellas rueguen a Dios, y no cesan de interceder por ellos a Dios. Roguemos por los difuntos, especialmente por los de nuestra familia. Quizás lo necesitan.

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