Lleno de dulce esperanza
hoy vengo a ti, santo mío,
pues en tu bondad confío
de encontrar mi bienandanza.
Yo se bien que mi confianza
No ha de salir defraudada,
y que veré despachada
mi ferviente petición
pues calmarás la aflicción
de esta alma atribulada
No hay comentarios:
Publicar un comentario